¡¡Ay!! ¡¡Un ratón!! Es mayor el susto que nos provocan con su aparición imprevista que el daño que suelen hacernos (hablamos, eso sí, generalizando). Lo peor no es que hayamos visto un roedor en nuestra casa, sino que dicen que, por cada uno que vemos, son veinte los que se esconden en los huecos de nuestro hogar. Y peor aun es que esa previsión es demasiado moderada: cada una de las hembras tiene una camada de entre cinco y seis crías con menos de 2 meses de separación entre una y otra Si suponemos que la mitad de cada una de las camadas son hembras, al cabo de un año, con los recursos suficientes, los ratoncitos serán legión.
3 tips para eliminar los ratones
¿Cómo eliminar los ratones definitivamente? Probado el veneno, nos damos cuenta de que no es demasiado práctico, en tanto que debemos manipularlo sin tocarlo directamente, ya que los ratones desconfiarán del olor del que nuestras manos lo impregnan. Además, sólo conviene este remedio si los roedores son muchos ¿Por qué iban a comer algo desconocido teniendo al alcance de sus patas manjares que conocen y forman parte de su dieta habitual? Son animales. Son pequeños. Son irracionales. No son tontos.
Otra vía para eliminar esta plaga que puede entrar en nuestro hogar por agujeros de sólo tres centímetros de diámetro es que se encargue de ellos una gata. Los machos no cazan: ha de ser una hembra. Es una solución si el animal conserva el instinto cazador. Si la gata está recién parida, mejor todavía, pues su instinto le dicta que ha de cazar y alimentarse bien en pro de la conservación de la especie. Eso sí: el animal debe ser criado por nosotros mismos, debemos alimentarlo en abundancia durante unos días y luego, de pronto, dejar de darle de comer para que se vea obligada a buscarla por su cuenta.
Pero la manera más recomendable para eliminar los ratones es la de colocarles trampas. Por ello entendemos la ratonera de toda la vida, la que suena ¡Chas!, ya que los aparatos de ultrasonidos no son efectivos. Además, y repasando el resto de tipos de trampa, el papel adhesivo los atrapa, pero no los mata, dejándonos una labor muy desagradable a nosotros.
El método para usar estas trampas tradicionales de modo efectivo comienza por espolvorear polvos de talco o harina, de modo que las huellas nos conduzcan al nido. Hecho esto, coloquemos la ratonera cerca de la entrada, cebada con carne o grasa animal (lo del queso funciona muy bien en los dibujos animados). Una vez atrapado el intruso, deshagámonos de él sin tocarlo, con un recogedor. Es más, podemos tirarlos con trampa y todo, ya que, una vez que la toquemos, el olor a humano va a repeleros con casi total seguridad.
Jajajaja pero con esa foto los haces ver tiernitos. Pobres animalitos.